Es el primer paso para reinventarse. Si seguimos pensando de la misma forma cuando todo en el entorno ha cambiado, pues posiblemente no encontremos la solución.
Como estamos en plena vorágine de las Olimpiadas, he rescatado una estupenda historia de reinvención. Eran los juegos olímpicos de Méjico en 1968 y recuerdo perfectamente que estaba viendo la televisión en la prueba del salto de altura.
Todos los atletas saltaban igual, encaraban el listón de frente en la técnica que se llamaba el rodillo ventral.
De pronto salió un atleta que para el desconcierto de todos, salto de espaldas.
Me quedé impresionado.
Dick Fostbury que era el atleta reinventó la técnica del salto de altura, y su camino no fue nada fácil, el mismo decía:
“He tenido que aguantar miles de críticas por desarrollar un estilo que no gustaba, en el instituto todos se reían de mí considerándome un chiflado por salirme de las normas conocidas”.
En México ganó la medalla de plata.
Hoy en día todos los saltadores de altura utilizan su técnica.
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