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Profesional autónomo…Ser o no ser….

Según el diccionario el  trabajador por cuenta propia o autónomo  es la persona física que realiza una actividad económica o profesional  de forma habitual y directa, a título lucrativo, fuera del ámbito de organización y dirección de otra persona, den o no ocupación a trabajadores por cuenta ajena.

El autoempleo es una opción muy valorable en estos momentos de cambio.

A finales del año pasado, los autónomos suponían un 18,99% de la población ocupada, y la cifra se sigue incrementando, en parte debido a la nueva Ley de Emprendedores.

Si esta es tu alternativa de empleabilidad, quiero contarte mi experiencia.

Mujer de cuarenta años con hijos y ganas de seguir desarrollándome como profesional, es en resumen mi perfil.

Detrás de la definición de autónomo hay mucho más.

¿Qué características o competencias deberías tener desarrolladas? Estas son las que la experiencia me dice que no deben faltar:

  •  Capacidad de automotivación y una verdadera orientación al cliente:

Los clientes, que son quienes me dan de comer, no aparecen solos, así que la lucha es constante. Una vez que los tienes hay que cuidarles como se merecen y esto implica tiempo, dedicación y pasión por tu trabajo.

  • Resistencia a la incertidumbre:

Cuando uno trabaja por cuenta ajena, hagas lo que hagas, tienes tu sueldo a fin de mes. Un autónomo, nada de eso. Tus resultados económicos a fin de mes, dependen en gran medida de ti y solo de ti.

  • Capacidad de labrarte un camino sólo pero elegir compañeros de viaje adecuados. “Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos, ve acompañado”. En mi caso, tengo uno de los mejores compañeros de viaje: www.reinvenciones.com
  • Organización y gestión del tiempo.

La lavadora, llevar a los niños al cole, deberes, uniformes, cenas… pero también facturas, presupuestos, portátil abierto las 24 h, correos, decisiones, búsqueda de clientes….

  • Tener claro y llevar a la práctica el concepto win-win, tanto con tus clientes como con colaboradores o partners. Porque solo con esta filosofía crearás un clima de confianza, transparencia y equilibrio que te permitirá trabajar a tus anchas.
  • Capacidad para tomar decisiones.

Trabajando para una empresa muchas de las decisiones no dependen de ti. Incluso en muchas ocasiones te limitas a ejecutar decisiones de otros. Si el negocio o el servicio que ofreces es tuyo, esto se acabó, amig@. Todos tus movimientos son tu responsabilidad y hay que saber decidir.

 Siempre que cumplas con los requisitos anteriores, la aventura de trabajar para tí mismo, tiene muchas ventajas. Para mí, una fundamental, además de la posibilidad de conciliar mi vida personal/familiar con la laboral, y es :

Elegir con quién trabajar y cómo; hacer lo que te gusta y como te gusta.

Como todo, también tiene sus riesgos y desventajas. De momento,  las ventajas tienen mayor peso específico así que,  sigo adelante con actitud positiva.

¿Y a tí? ¿Qué te gustaría hacer?

 

Por Virginia Torija

 

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