Como si se cayera un pelo en la sopa cuando nos disponemos a meter la cuchara en el sabroso plato en un distinguido restaurante, hay gestos y lenguajes no verbales que provocan un determinante rechazó en el entrevistador. La entrevista se puede arruinar por unos de estos pequeños detalles que “calan” como sonoros mensajes en el inconsciente del quien toma las decisiones.
- No saludar con mano firme.
- No mantenerse erguido. Recostarse ostensiblemente hacia atrás.
- Cruzar los brazos o piernas apretándolo a la silla o antebrazos.
- Inclinarse hacia atrás.
- Apartar la mirada del Entrevistador.
- Observar fijamente un punto o al entrevistador.
- No ponerse de frente al interlocutor. Dar el costado. Escorarse.
- No aguantar el silencio.
- Dar golpecitos con los pies o con los dedos.
- Morderse las uñas, rascarse....