La entrevista no es un mero intercambio de información de lo que una persona ha realizado a lo largo de su vida profesional. Mantenemos con ahínco en este taller que la entrevista es Comunicación, y como tal debe transmitir un mensaje para influir. Con las perlas interpretativas, los broches y las metáforas hemos construido un collar que transmite de forma vistosa el mensaje de lo que somos y de los atributos positivos que nos distinguen.
La entrevista es un reto especialmente complejo porque, en tan limitado espacio de tiempo, tenemos que poner en marcha todos los resortes y herramientas que se conocen para conseguir una buena relación, una relación de confianza.
Durante la entrevista el clima nunca es diáfano y limpio , siempre se carga, como el aparato eléctrico en una tormenta, de emociones. El objetivo es conseguir provocar las emociones más positivas que faciliten la toma de decisiones a nuestro favor, especialmente la emoción de la confianza, de las ganas de trabajar, del deseo de realizar tareas que conocemos o que nos den oportunidades de aprender y desarrollarnos. Fuera del ámbito de la entrevista, en los parquets de la bolsa, las decisiones que aparentemente deberían de ser más frías porque afectan a las inversiones monetarias, no consiguen librarse del miedo o la confianza que marcan su destino.
Ahora es el momento de focalizar y centrarnos en la idea de que para que haya una autentica comunicación es necesario establecer un intercambio no sólo de información sino también emocional. Cuando se establece un vínculo emocional, se activan resonancias afectivas en nuestro interlocutor imprescindibles, inevitables, necesarias. El objetivo en la entrevista es “hacerse querer” y aceptar dado que el entrevistador también elige con el corazón.
Hay dos herramientas para conectar emocionalmente con el entrevistador:
- Las perlas emotivas, de las que ya hemos hablado y de las que hemos destacado la visión positiva, el entusiasmo, la ilusión de la que debe hablar el candidato.
- El lenguaje no verbal que se muestra o se expresa en el momento de la escenificación.
El lenguaje no verbal es la gran herramienta con la que contamos en esta fase. El lenguaje no verbal es el que crea al famoso “feeling”, el que produce “la química”.