En el cuadro siguiente se expresan los elementos del entorno que dan señas de identidad a los cambios que se producen "ahí fuera":
La velocidad del cambio las están provocando en estos momentos las N.T.I.T. (Nuevas Tecnologías de la Información y Telecomunicación) con Internet a la cabeza.“El tercer entorno”, así llamado por Javier Echevarría en su libro “los señores del aire”, en el que se levantarán ciudades desconocidas y “virtuales”, habrá nuevas formas de hacer negocio, nuevos procedimientos de producción y cadenas de procesos productivos, accederemos a la saludo por canales novedosos y el derecho se aplicará en contextos inexplicables hace años… La biotecnología es un capítulo con voz propia en este cambio tecnológico cuyas expectativas y esperanzas nos dirigen a la posibilidad de “reinventar” la propia naturaleza.
El sistema económico capitalista y neoliberal que en estos momentos define la economía, vive en un permanente sobresalto por las tormentas internas provocadas por el propio sistema, que algunos definen como “capitalismo accionarial” o “capitalismo volátil”. Entre otras, se está produciendo una auténtica revolución de los procesos productivos en la prestación de los servicios y en la organización del trabajo, imponiéndose unos nuevos signos de identidad, cuyas características son la impaciencia, la inmediatez, el corto plazo, la rapidez en los procesos de integración y reorganización propios de un sistema que, por encima de todo, pide flexibilidad a las organizaciones, y polivalencia a las personas que deseen seguir siendo competitivas en el mercado laboral.
“Los dioses nos crean muchas sorpresas: lo esperado no se cumple y un dios abre la puerta a lo inesperado” (Eurípides, Medea). Es imposible eliminar ciertas incertidumbres de nuestras vidas, de nuestros programas, de nuestros proyectos. Los fallos en la predicción del futuro, incluso a corto plazo, los innumerables fracasos de la predicción económica es un signo más de estas incertidumbres. Llevamos muchos años oyendo que la incertidumbre era el signo mayor de nuestra época, que se han derribado todas las seguridades antes tenidas por inquebrantables, y que debemos asumir dolorosa o festivamente esa inseguridad en lugar de dejarnos arrastrar por el espíritu hacia la nostalgia de las firmezas metafísicas del pasado; de la rigidez jurídica del Estado de derecho o de los dogmas atávicos de las ciencias deterministas y mecánicas. Se nos pide una ilimitada flexibilidad de nuestras vidas, de nuestras moradas, de nuestros empleos…
Los elementos que intervienen en el conflicto difícilmente se sustraen a la dialéctica de que lo uno niega el otro lo afirma . Por ejemplo, las empresas dirigidas a la rentabilidad tienen que integrar el elemento social en su proyecto de supervivencia, y esto genera un gran conflicto para asimilar que “no se vive para producir oxígeno (beneficio) se produce oxígeno para vivir”. Intensamente en estos meses está planteado el conflicto Mercado / Estado como una lucha titánica que se está llevando por delante, como efectos secundarios, la estabilidad y supervivencia de algunas empresas y de algunos estados en franca bancarrota. Invertir o recortar gastos. Exigir o conciliar.