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Introducción

Introducción

Conviniendo que  la metáfora del “arte de la Guerra “ es mas apropiada para los tiempos actuales de crisis, en  este capítulo vamos a examinar el campo de batalla,  el  territorio en el que se libra el combate. No hay escondites que valgan. La lucha por cada puesto de trabajo es encarnizada y todo el mundo tendrá que superarse. Si algún candidato piensa que es el peor de los momentos lleva razón. Por esta razón  activar todos los recursos que podamos adquirir   en la lucha por el talento es condición para la victoria, no sólo para la supervivencia. Conocer  las características del “campo ” en el que vamos a librar nuestra especial batalla  nos dará especiales ventajas. La pregunta en este momento es qué condiciones debo tener para adaptarme y tener éxito en este entorno de gran competitividad.  Por muy valiosas que sean las caractristicas de nuestra personalidad , por muy destacados que sean nuestros atributos persnales  siempre necesitamos conocer aquello que el entorno, juestro particular campo de batalla, nos pide o exige para  nuestra supervivencia. Las  condiciones  que hay que tener para sobrevivir.

Qué hay que poner en juego para adaptarse

No vaya a ocurrirnos como a los animales polares de los que habla Xavier Ruber de Ventos  “¿Qué no hicieron los animales polares?”Precisamente por esta falta de ponderación de lo que es o no es oportuno ritualizar, muchos individuos y especies han perecido de sí mismos, es decir, de una excesiva programación de sus reacciones y pautas, que resulta letal cuando un rápido cambio de contexto exigiría cambiar de estrategia: como el animal polar, programado para aprovechar cada rayo de sol, muere de insolación al no saber adaptarse su conducta en un clima más templado.  “Las metopías”.

La preguntas que debemos  respondemos  responder para valorar nuestra capacidad de adaptación son las siguientes ¿ Son suficientes las características o atributos que ya he identificado como mis fortalezas, mis  atributos particulares de mi forma de ser? ¿Tengo que adquirir o desarrollar, o buscar en mi interior otros atributos personales por si estuviera escondido o solapado con otros aspectos de mi personalidad ? ¿Qué pide el entorno, el mercado de nosotros? .

Vivimos en un entorno trepidante

Algunos sociólogos y analistas piensan que  ya no vivimos en la era del cambio sino que estamos en un cambio de era. Ya no somos capaces de explicar completamente el contexto económico y competitivo en el que trabajamos.

También hemos perdido la capacidad de predecir el futuro de una forma mínimamente fiable. No sabemos exactamente qué está pasando y tampoco somos capaces de definir las tendencias de una forma fiable. Por eso los profesionales que alcanzan un rendimiento superior (lo que llamamos éxito) no son estrictamente mejores que sus colegas, sino diferentes.

Esa diferencia, sea cuál sea, les permite una mejor adaptación y la capacidad de hacer cosas y lograr objetivos que los otros no pueden alcanzar. Tienen éxito porque están mejor adaptados a un entorno incierto y cambiante, lleno de amenazas y oportunidades y porque han desarrollado, como no hicieron los animales polares,  capacidades que sus colegas no poseen. Esas capacidades es la que nosotros vamos a identificar en este capítulo. Porque no sobreviven los mas fuerte o los más inteligentes, sino los que mejor se adaptan.

Los cambios en el entorno y en las empresas  son tan rápidos que a veces acudimos al mercado buscando unos puestos que no existen y no reconocemos otros que han aparecido de forma novedosa. Pero sobre todo  hay que  hacerse una pregunta especialmente pertinente cuando alguien inicia o vuelve a buscar trabajo: ¿Qué tipo de personas,  qué tipo de características,  qué tipo de rasgos son las que ahora se cotizan en las empresas? ¿Qué perfiles de empleados son los más valorados? ¿Tengo yo el perfil que se necesita o hay novedades que ni siquiera había imaginado? ¿Las características  que me han hecho hasta ahora competitivo siguen siendo valoradas  positivamente? De la misma forma que ya no se buscan personas valientes y que defiendan su honor como era en la edad media o que tengan una carrera universitaria como era el perfil  hace unos años. ¿Cuál es el perfil deseable de un trabajador en los tiempos actuales?

Para responder a esa preguntas   hay que mirar al entorno y a la empresa para descifrar las  señales que  nos envía, que cómo estrellas en el cielo, deben marcar parte del camino de nuestro desarrollo profesional. No estamos  solos ya que  el entorno condiciona en parte nuestro futuro.

Llamamos mercado a los aspectos del entorno que tiene que ver con la actividad económica y productiva.