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Los propios Profesionales asumen su Responsabilidad

como conseguir

Actualmente la carrera profesional, los conocimientos que un profesional adquiere y el desarrollo de las competencias que son necesarias ya no dependen de que la empresa se decida a hacerlo; la mayoría de los profesionales con visión de futuro asumen esta responsabilidad.

La puesta al día de las propias competencias, de los propios Talentos, es una responsabilidad, una motivación, un compromiso irrenunciable para cualquier profesional. Ya nadie puede esperar a que la empresa le marque su carrera profesional y  que le aporte  los recursos para conseguir sus objetivos. Él debe establecer su propio plan de desarrollo profesional, paralelo y complementario al que la empresa diseñe para él, siempre dentro de las máximas exigencias para seguir siendo competitivo dentro de la Organización y fuera de la misma. A esto se llama empleabilidad.

El empleado está ligado a la empresa por un contrato legal y por un contrato de confianza. Este ultimo obliga a la empresa a dar más allá de lo que el contrato legal estrictamente establece: complementos salariales por encima de convenio, incentivos, beneficios sociales, formación, premios…El empleado, de la misma forma, está convocado, desde la convicción y no desde la coacción, a dar lo mejor de sí mismo, no solo como compensación por lo que recibe de  la empresa, sino también porque el empleado tiene un compromiso consigo mismo de crecer  profesionalmente, hacerse empleable. La empleabilidad es la garantía de futuro que el empleado se construye ante la menor seguridad y estabilidad de los contratos legales. La empleabilidad es “su seguridad”.

Todos los que intervienen como seleccionadores están deseosos y ansiosos por encontrar al candidato que ellos esperan. Todos están temerosos, recelosos, inseguros porque temen equivocarse y las equivocaciones en selección para la empresa son muy caras por tres cosas: por el lucro cesante: lo que se ha dejado de ganar y que se habría ganado de no haber sucedido el daño de la mala selección; por el salario pagado al seleccionador o seleccionadores y no rentabilizado; por el coste del propio proceso : horas de los seleccionadores, anuncios publicados, contactos telefónicos, honorarios a empresas de selección.

Las empresas multinacionales pagan autenticas fortunas para encontrar a la persona adecuada, sobre todo en puestos de dirección. El destino de las empresas queda marcado por las personas que se incorpora en cualquier puesto. Muchos seleccionadores ambicionamos y soñamos estar contratando al futuro presidente de la compañía cuando seleccionamos a un profesional que inicia su actividad laboral.