El autorretrato no puede ser una cadena de recuerdos contados unos detrás de otros: hay recuerdos pero también pensamientos, juicios de valor, esperanzas, miedos, presentimientos, acusaciones, revelaciones, estados de ánimo, dudas, estremecimientos, y sobre todo una mirada de la vida alejada del lirismos innecesario y que aspira a hacer un retrato equilibrado de la realidad ( ni idealizando nada ni afeando nada ).
Hasta que no construimos nuestra narración haciendo comentarios que le den el sentido que tuvieron o el sentido que ahora queremos darle, no conseguimos aportar coherencia y sentido a la cantidad de hechos plurales y fragmentarios de nuestra vida, de la experiencia vital, de la experiencia profesional.
Los comentarios en la vida profesional hacen referencia al esfuerzo, a la motivación con la que lo hicimos, al compromiso, a los conocimientos que tuvimos que aplicar, a las capacidades que nos facilitaron llevarlo a cabo, a lo que aprendimos o sufrimos.”Durante cinco años estuve haciendo apuntes de contabilidad fueron sin embargo años gloriosos para mí porque los compañeros que hice ahora son mis amigos y mis mejores prescriptores” me decía un candidato interpretando su vida.
Con intención o sin ella, mas por ignorancia que por modestia, más por pudor que por desidia, la mayoría de los candidatos presentan un autorretrato afeando su imagen, y sobre todo no interpretando su vida, no dándole sentido a lo narrado, transmitiendo una identidad profesional empobrecida, borrosa o francamente negativa.
Merece la pena apuntar las dos razones que consideramos sostienen tamaño atrevimiento:
La idealización de las cualidades
Pero nada ni nadie nos puede ahorrar el esfuerzo, exclusivamente personal de conocernos, de hacer un autorretrato profesional con sentido, interpretando el candidato su vida y no delegando en el entrevistador la autoridad de la interpretación. El único y primero que debe juzgar nuestra vida es uno mismo y puede ser un drama cuando otra persona, por desconocimiento de las claves de nuestra vida, por dejación de nuestra responsabilidad, es la que le da sentido y significado a nuestra vida.