Los entrevistadores encaran la entrevista con dos tipos de actitud que al candidato le merece la pena conocer para ubicarse con seguridad delante de cada uno de ellos: la actitud de impostura y la actitud profesional.
Los entrevistadores profesionales encaran la tarea de entrevistar desde una posición ética, respetando la dignidad y esfuerzo del candidato; desde una posición científica utilizando los Modelo y Métodos para realizar su trabajo; y desde una posición de eficacia, siendo conscientes que una decisión de selección tiene un enorme impacto económico sobre la organización. “Nunca le pagaras suficiente a los bien seleccionados y siempre pagaras demasiado a los mal seleccionado”.
Lo que el candidato debe saber de los entrevistadores profesionales es que su reto es mostrar, evidenciar, encontrar pruebas y argumentos para hacer visibles las competencias y capacidades que posee el candidato y para eso va a preguntar lo que debe preguntar sin tapujos y con firmeza, sin agresividad pero con audacia, asumiendo que ellos también pueden tener efectos indeseables.
La actitud de un entrevistador debe ser la propia de un investigador:
- Respetuosa, de la dignidad y de la vida personal y de aquello que el candidato no quiera comentar.
- Curiosa: preguntar para saber, ¿cómo será el candidato profesionalmente?
- Ingenua: no presupone nada de antemano, dispuesto a sorprenderse.
- Atrevida: para conocer hay que buscar pruebas, buscar evidencias, preguntar sobre la vida profesional sin temores o recatos.
- Interesada, por el candidato, por la vida profesional, dando muestra de su interés.
Hay entrevistadores que no respetan estas actitudes básicas profesionales y se lanzan a la entrevista con actitudes criticables o poco recomendables: interrogativa, inquisidora, prepotente, judicial, estresante.
Mi recomendación, cuando un entrevistador sobrepasa los límites del respeto y de la dignidad del candidato, es que éste se levante y abandone la entrevista, ya que no debe fiarse de la Organización que permite que un entrevistador manifieste estas actitudes.
Es la actitud que adoptan aquellos entrevistadores que piensan que para hacer una entrevista no es necesario prepararse, que cualquier persona con sentido común puede hacerla. La impostura suele ser consecuencia de la ignorancia respecto al método y al modelo o del escepticismo respecto a la capacidad para investigar aspectos humanos.
Estos entrevistadores que , ejercen la responsabilidad de tomar una decisión para la que no se han preparado o en la que no creen, tienen un flanco abierto a las sensaciones, a las emociones, a los sentimientos, a la química que les provoque... porque han renunciado a la razón que ayuda a discriminar con criterio. Estos entrevistadores son más arbitrarios en sus decisiones, pero más manejables en la gestión de sus emociones.
Los errores más frecuentes o las limitaciones más comunes que un entrevistador suele cometer durante la entrevista se les llaman técnicamente “efectos”, es decir las consecuencias de una mala actitud o de una mala preparación. Aunque un candidato no debe estar atento a cuando se manifiestan estas limitaciones, si debe saber que el entrevistador es un ser humano, que como todos, puede cometer errores de posición a la hora de realizar su trabajo. Llamo la atención, porque son especialmente frecuentes, sobre los defectos de “primacía” y “final“.
- Pensar que la interpretación es cuestión de “química” o de intuición.
- Efecto Halo: se generaliza a partir de un hecho positivo o negativo.
- Efecto taburete: se arroga una autoridad sobre el candidato inapropiada.
- Efecto Sombra: se retiene y generaliza la información o de un hecho negativo.
- Efecto primacía: Las primeras impresiones y La información del principio tiene más impacto
- Efecto final: lo ultimo dicho tiene gran influencia en la decisión.
- Efecto Sesgo o proyectivo (similitud): valora a los otros positivamente porque se parecen a uno mismo en rasgos, valores....
- Efecto “Showman”: el entrevistador es la estrella, más preocupado con impactar al candidato con preguntas sorprendentes o puesta en escena, que por el objetivo que se busca.
- Efecto Ansiedad, la angustia que provoca estar delante de otra persona le lleva a hablar demasiado. El entrevistador tiene la consigna de no hablar más del 15%.